País: Francia, Austria,
Alemania
Año: 2011
Director: Michael Haneke
Reparto: Jean-Louis
Trintignant (Georges), Emmanuelle Riva (Anne), Isabelle Huppert (Eva),
Alexandre (Alexandre Tharaud), Geoff William Shimell (Geoff)
Duración:
127 minutos
Sinopsis:
“Ganadora de la Palma de Oro en el
Festival de Cine de Cannes 2012, la cinta nos introduce en la historia de un
amor al final de sus días. Georges y Anne son un matrimonio octogenario de
profesores de música jubilados, interpretado por dos leyendas del cine francés:
Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva. Su única hija, Eva, quien comparte su
vocación musical, vive en el extranjero con su familia. Cuando Anne sufre un
ataque que pondrá en riesgo su vida, el lazo de amor que une a la pareja deberá
enfrentarse a una difícil prueba”.
Una mañana como
cualquier otra: la rutina, el desayuno, y entonces… sin previo aviso el ser
amado se pierde en el tiempo; no reacciona. Ha quedado desconectada del mundo
apenas unos minutos y al volver, ella no recuerda nada de lo acontecido. Es un
aviso de que la edad se está haciendo presente… los focos rojos se encienden:
Todos tenemos que partir de este mundo algún día.
Vida, amor y
muerte son las tres palabras que tendremos presente en toda la obra. El director
Michael Haneke nos trae una gran película que nos invitará a meditar sobre
estos temas pues la historia de Georges
(Jean-Louis Trintignant) y Anne
(Emmanuelle Riva) matrimonio que ha llegado al ocaso de su convivencia la cual,
se nos mostrará en una especie de escalera de caracol sin aparente fin donde
cada escalón, cada paso dado, nos llevará más y más hacia la amargura, la
desesperanza, la languidez, el retraimiento y la resignación de un final
inaplazable.
De no ser porque
su servidor se dedicó un año entero (de mayo de 2009 a mayo de 2010) a buscar las respuestas de la vida (un periodo
muy obscuro para el tecleador de este blog que incluyó no ver películas por
todo un año) en una onda así bien Bruce Wayne (con la diferencia que no me
convertí en un Dark Knight) que me ayudó muchísimo (y si se lo están
preguntando; sí, encontré las respuestas) esta película me habría impactado un
poco más pues se está hablando de la muerte (todos vamos a morir
invariablemente) y cuando se está tan cerca del final. Comienzan los
cuestionamientos, las sorpresas, batallamos con nuestros propios demonios, se
viven los últimos momentos en eterna angustia… y eso está tremendamente mal.
Al final de
nuestra existencia debemos sentirnos satisfechos y orgullosos por lo que hemos
hecho. Aceptar que si bien, dejaremos de vivir; nos la pasamos muy bien…. bueno,
para la gente que no está preparada (y no me refiero a grados escolares) que suele
ser la mayoría, la muerte es mal entendida. Esto sucede desafortunadamente pues
ahora se le da más importancia a aspectos físicos y materiales que a los
espirituales (que espiritual NO es igual a religión ¡Ojo! Son cosas
absolutamente distintas)
Todo lo anterior
son temas que en sangrons.blogspot.mx
no vamos a abordar pues no somos tan arrogantes para creernos poseedores del
conocimiento universal ni mucho menos osamos ser maestros, además de que a cada
quien, solito le llega su momento o llamado para iniciar su aprendizaje trascendental
(No, no se preocupen, existen personas a las que nunca les llega… no están
listos aún)
Por eso digo que
cambiemos de tema, o mejor, regresemos al tema original que era sobre lo que
propone la película.
Veremos conforme
se desarrolla la historia que la pareja conformada por Georges y Ann (en
particular Georges) es sometida a la más grande y poderosa prueba que jamás
exista: El amor.
Por inventar un
ejemplo, si jugáramos piedra, papel o
tijeras (piedra vence a tijeras, tijeras al papel y el papel a la piedra)
el amor le gana a los tres, así de simple… pero no sencillo.
Georges;
se encuentra bajo una presión increíble pues no se encuentra reflexivo únicamente
ante la situación de su esposa, sino también de la suya propia (¡La suya propia
de él mismo! je)
Por eso, es harto
interesante el primer acto, en el que inteligentemente Michael Haneke nos
muestra que alguien ha irrumpido en
el hogar de la pareja… una alegoría de que fue la mismísima muerte la que ha
entrado a la fuerza por la puerta (pues si reflexionan, nunca nos enteramos de
lo que se ha llevado el supuesto ladrón… si acaso, se llevó la salud de Anne)
Otro punto de
reflexión es el término de ‘la buena
muerte’ que no es otra cosa más que morir con dignidad luego de que ya nada
se puede hacer (médicamente hablando)
Anne se deteriora
física y mentalmente a una velocidad tan tremenda que si de humanidad y
compasión hablamos, se vuelve necesario cavilar sobre la muerte digna (digna
tanto para el moribundo como para los seres queridos).
Importante es
mencionar que a pesar de que la trama (y lo escrito por su servidor) tengan un
tono sombrío o nostálgico. Amour es
más bien una oda a la vida. Existen momentos de luz en esta película, podemos
respirar un aire fresco. Nos divertimos, reímos y nos da impulso.
Esta es una de las
películas más hermosas de la Muestra Internacional de Cine. Es simple, no anda
de pretenciosa pero no es sencilla.
El final nos
estruja el corazón pero era el siguiente paso lógico… la prueba más grande,
como lo dije, es el amor.
Para despedirme,
les diré que como es costumbre, incluí el trailer oficial de las cintas
reseñadas y al momento de verlo, noté que es muy diferente a lo que vi en
pantalla: ¿¡Oficiales de policía!? Además de que cambia totalmente el mood de
la cinta y uno se queda con la idea de que es una historia de intriga
policiaca. ¡No le hagan caso al trailer! Mejor vayan a verla al cine.
Vida, amor y muerte... seres humanos
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