Título: Tenemos Que Hablar De Kevin
Título Original: We Need To Talk About Kevin
País: Estados Unidos.
Año: 2011
Director: Lynne Ramsay
Reparto: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller
Duración: 112 minutos
Sinopsis: “Eva (Tilda Swinton), una mujer satisfecha consigo misma, es autora y editora de guías de viaje para gente tan urbana y feliz como ella. Casada desde hace años con Franklin, un fotógrafo e iluminador que trabaja en publicidad, decide, ya cerca de los cuarenta años y tras muchas dudas, tener un hijo. El producto de tan indecisa decisión será Kevin. Sin embargo, casi desde el comienzo, nada se parece a los inefables mitos familiares de la clase media urbana y feliz. Para empezar, Eva siente que Franklin se ha apoderado de su maternidad y la está convirtiendo a ella en el mero contenedor del hijo por nacer, privándola de placeres tan apreciados por Eva como el sexo, la gimnasia o el vino. Ahora, debe asumir las acciones de su hijo de quince años, quien ha asesinado a varios de sus compañeros de escuela”.
Esta cinta es ¡Escalofriante!...
Desconozco las reacciones que esta cinta pudo haber provocado en la audiencia que ha entrado a las salas, su servidor salió asqueado y perturbado mentalmente. A tal grado que decidí ver una película ligera para reponerme pues el maldito bastardo de Kevin infectó mis pensamientos.
Estamos ante una obra magníficamente llevada a la pantalla grande.
La cinta, nos da una sensación de vivir en un ambiente de claustrofobia, impotencia…
Hace algún tiempo me preguntaba (y creo que lo escuché también en algún programa) el por qué de ciertas cosas idiotas que son obligatorias y de la no obligatoriedad de las realmente importantes. Mencionaré ejemplos:
Necesitas obtener permisos y demostrar que eres apto para: Poseer un arma de fuego, construir una casa, manejar un automóvil, ingresar a un país, etc. Pero ¡No se pide permiso para ser padre o madre!
¡En teoría, es más difícil conseguir un auto que convertirse en padre! Y eso es un asunto muy grave.
¡Es más difícil llegar a ser Gerente de una empresa que convertirse en padre! Y eso es un asunto muy grave.
Se realizan exámenes, pruebas de aptitud y actitud para… ¡Conseguir un empleo! ¡Y no para ser padres! ¿No es eso estúpido? Tal vez sea la razón por la que la que nuestra sociedad está de la verga, por eso nos hundimos en nuestra propia mierda cada día. No sabemos si la persona que se encuentra a nuestro lado es mentalmente competente para criar a un ser humano “prototipo” por decirlo de alguna forma.
Tenemos Que Hablar De Kevin pone ciertas cartas sobre la mesa, puesto que las grandes mentes no se ponen de acuerdo al dar el veredicto si el psicópata (o el genio) nace o se hace.
Aún faltan estudios concluyentes para dar respuesta a esta cuestión.
Pero de lo que estamos seguros en esta cinta es que el niño Kevin es un cabrón, y como sabemos: ¡A cabrón… Cabrón y medio! Cosa que no conocía Eva (madre de Kevin) quien simplemente se quiebra a la primera de cambios.
Nos dan a entender que son una familia acomodada, con cierto nivel de estudios. Pero demuestran (y la madre un poco más) ser una bola de pendejos ignorantes. La señora, que tiene complejo de Superman, nunca busca ayuda pues es la señora-todo-lo-puedo-soy-autosuficiente. Le falta carácter, no se sabe manejar en momentos de presión, está perdida.
Basta recordar la infame escena en la que Kevin defeca en venganza sus recién cambiados pañales… ¡Pero si el niño ya se veía muy mayor para usar pañal! ¿Dónde está el sentido común de la señora?
Ahora, volviendo al tema de si los mostruos (o los genios) nacen o se hacen, tenemos inteligentemente la inclusión de otro personaje (el segundo hijo de eva) una niñita adorable que es la antítesis de Kevin, criada por la misma madre y de la misma forma. Pero parece ser que esta niña toda bondad y dulzura no “nació mala”. Dándonos a entender que Kevin es un hijo maligno y que debemos de sentir lástima por él, pues no es malo porque quiere… así nació el querubín.
Pero recordemos lo que Edmund Burke dijo: Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada.
Ahora respondan: ¿Qué fue lo que hizo Eva? ¿Qué están haciendo ustedes?
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