Título: Paraíso: Esperanza
Título Original: Paradies: Hoffnung (Paradise: Hope)
País: Austria, Francia, Alemania
Año: 2012
Director: Ulrich Seidl
Reparto: Melanie Lenz (Melanie), Joseph Lorenz
(doctor), Verena Lehbauer (Verena), Johanna Schmid (Hanni), Michael Thomas
(entrenador), Vivian Bartsch (nutriólogo)
Duración: 91 minutos
Sinopsis: “En
la última parte de su trilogía sobre el paraíso, Ulrich Seidl presenta la
historia de Melanie, una niña de 13 años de edad con sobrepeso, y su primer
amor. Mientras su madre viaja a Kenia (Paraíso: Amor), y su religiosa tía
(Paraíso: Fe) hace trabajo misionero, la adolescente pasa sus vacaciones de
verano con otras jóvenes en un campamento de dieta en la campiña austríaca. En
medio del entrenamiento físico, asesoramiento nutricional y peleas de
almohadas, Melanie se enamora del director del campamento, un médico 40 años
mayor que ella”.
En
ocasiones, una cinta te hace tener grandes expectativas, ya sea por el trabajo
previo del autor o por todos los comentarios alrededor del mismo.
En mi
caso, ya es muy difícil que me deje llevar por comentarios y noticias (luego es
pura publicidad para quedar bien). Sin embargo, ahora sí esperaba un trabajo más sólido y fuerte por parte del director Ulrich Seidl quien cierra su trilogía de Paraíso con esta entrega.
Las
dos anteriores me parecieron fascinantes y en las reseñas, hasta recomendaba
verlas en un orden específico: Primero Paraíson Fe (Paradies Glaube) y después Paraíso Amor (Paradies Liebe). Ahora con Paraíso:
Esperanza, francamente no sabría si recomendar verla primero para dejarla
atrás rápidamente y continuar con el resto de la obra o dejarla hasta el final.
Lo
primero en lo que uno repara al ver los minutos iniciales de Paraíso: Esperanza; es su tono más discreto
y controlado respecto las otras cintas. Ignoro el por qué de esta decisión o si
ya estaba contemplada desde que el proyecto Paraíso
había sido concebida como una única película.
El
turno es ahora de Melanie (Melanie
Lenz); una chica de 13 años que pasa sus vacaciones en una especie de
campamento-clínica para bajar de peso. En este lugar, se hace amiga de Verena (Verena Lehbauer) y otras chicas
de edades similares con las que comparte experiencias y buscarán otras más. La
cinta trata de plasmar un dejo de pérdida de la inocencia de estas chicas o si
somos más precisos; el tránsito de la pre-adolescencia a la adolescencia con
sus respectivos cambios: Sexuales, físicos y emocionales.
Es
precisamente el cambio emocional el que más afecta a Melanie; quien comienza a obsesionarse con el médico del campamento
(Joseph Lorenz) a quien podríamos considerar como el amor primigenio de esta
chica.
No se siente con la misma fuerza que las entregas anteriores. |
La
cinta continúa así, registrando los cambios que vive Melanie. Cambios que podrían comprenderse más y mejor si el que
escribe estas líneas fuera mujer. Así pues, las acciones de Melanie son un poco confusas y cuesta
algo de trabajo tratar de entrar en los zapatos de esta chica que van desde una
pelea de almohadas hasta fumar cigarros y escaparse del campamento para irse a
emborracharse hasta perder la conciencia.
El juego
del despertar sexual y el del enamoramiento (y de la fácil confusión entre uno
y otro) es bien llevado y, a mi parecer, es lo más sólido que presenta el
director Ulrich Seidl.
Lo
que no llegué a comprender nunca fue el cambio de tono respecto a las
anteriores cintas. Lo que sí queda muy claro es que la vida de Melanie es muy triste y seguirá siendo
muy triste.
En
general, la ironía de las cintas que conforman el ciclo Paraíso es que las tres protagonistas buscan hacer realidad sus
sueños y deseos pero se desvían del camino. Confunden conceptos y se alejan
cada vez más de su meta, pero ellas no lo saben y se derrumban, se frustran y
se desaniman al descubrir que lo que buscaban no existe.
Paraíso Fe: Una mujer que confunde la
espiritualidad con el dogma.
Paraíso Amor: Una mujer que busca desesperadamente
compañía y afecto pero lo único que encuentra es sexo.
Paraíso Esperanza: Una chica que pierde las ilusiones de
la vida.
La
presión social de ser feliz es muy fuerte y estas tres protagonistas lo
experimentan de una forma tremenda.
Así
pues, terminamos de presenciar esta trilogía con un final muy mesurado, cuyas primeras
dos partes son imperdibles. Hay algunas cosillas interesantes en Esperanza pero si se le compara a lo
visto anteriormente, pierde fuerza.
"If You're happy and you know it clap your fat..."
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