Título:
La Demora
País: Uruguay, México,
Francia
Año: 2012
Director:
Rodrigo Plá
Reparto:
Roxana Blanco (María), Carlos Vallarino (Agustín), Óscar Pernas (Néstor)
Duración:
84 minutos
Sinopsis:
“Montevideo. Conforme el anciano Agustín
es cada día más senil, su dependencia hacia María, la madura hija divorciada y
con dos hijos que se ocupa de él, es más pronunciada. Pronto la presión
económica y social que genera la presencia del padre conduce a la desesperada
hija al borde de una decisión difícil de tomar. La demora es el primer
largometraje que el director mexicano hijo de migrantes Rodrigo Plá, egresado
del Centro de Capacitación Cinematográfica de México, realiza por completo en
su país natal”.
Y no es para
menos. Con todo lo que está sucediendo en la sociedad, tocaba el turno de
hablar sobre las inconveniencias de envejecer. Sí, inconveniencias. Por lo
menos desde hace cincuenta años se ha venido pervertido totalmente el concepto
de la vejez. Esto es más evidente en las economías emergentes (los países
jodidos pues) ya que por los mismos factores de bienestar no alcanzados en sociedades
como la latinoamericana, el problema con el que lidian las familias es: Y ahora ¿En dónde metemos al abuelo? Como
si se tratase de una mesa que ya no alcanza en la sala y que debe ponerse en un
cuarto de triques para que no estorbe. Caso contrario de otras sociedades (las denominadas
ricas) en donde las oportunidades que otorgan economías más o menos estables
como el crear un patrimonio son más altas, los ancianos deben enfrentarse a la
soledad…
En un lado hay
casas habitadas por ancianos solos, rodeados de cuartos vacíos y en otro,
familias que se ven obligadas a tratar al abuelo como el cacharro inservible que
sólo ocupa espacio. Ahora sí que como
decían por ahí: Acá no cabe la raza,
allá; te aburres de a feo…
El tema de la
vejez con dignidad abarca mucho, desde lo económico hasta lo moral y a pesar de
que alguien decidiera abordar todos estos aspectos, dudaría que se pudiera dar
solución alguna.
De ahí que la
cinta salga adelante pues el tratamiento de la historia hace parecer muy simple
lo que en realidad es extremadamente complejo. Uno de esos aciertos con La Demora es precisamente el talento con
el que se rodeó Rodrigo Plá, en particular de Roxana Blanco (María) cuyo
trabajo fue más allá del mero ejercicio mental actoral, ella emplea además su
físico. Nos deja ver claramente a una mujer cansada, una madre e hija a la vez
a punto de desfallecer.
Es el mismo
fastidio de la vida diaria la que impulsa a María
a tomar la decisión que luego se convertirá en una angustia tremenda para esta
mujer.
Y luego, Don Agustín, quien ahora se encuentra abandonado
en la banca de un parque, lucha por comprender su situación. Parece que no se
da cuenta que el tiempo indecible hizo de las suyas. Desgarradora es la escena
en la que Agustín afirma que su hija
va a regresar ahí mismo, en donde él se encuentra pues seguramente -se le habrá hecho tarde-
Si el espectador
logra contener el llanto (pues Don
Agustín se ha convertido ahora en nuestro reflejo exacto de 30, 40 o 50
años en el futuro) se encontrará con un desenlace por demás melancólico.
Entre la candidez
y el idealismo, Don Agustín, cierra
este ejercicio cinematográfico con una línea muy válida que da título a esta
película.
Luego entonces,
podemos sonreír un poco…
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