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jueves, 21 de junio de 2012

Reseña: Melancolía (Melancholia)

Título: Melancolía
Título Original: Melancholia
País: Dinamarca-Suecia-Francia-Alemania
Año: 2011
Director: Lars von Trier
Reparto: Kirsten Dunst (Justine), Charlotte Gainsbourg (Claire), Kiefer Sutherland (John), Alexander Skarsgård (Michael), Stellan Skarsgård (Jack), Charlotte Rampling (Gaby), Brady Corbet (Tim)
Duración: 136 minutos

Sinopsis: “Justine y Claire son dos hermanas con una relación tortuosa. Con motivo de su matrimonio, Justine y Michael dan una suntuosa recepción en la casa de la hermana de ella. Justine se hunde en una depresión de la que no le es fácil salir. Mientras las hermanas intentan solucionar su conflicto, persiste el peligro de un planeta distante: Melancolía, que avanza inexorablemente hacia la tierra en una trayectoria de colisión. En su propio aislamiento, los personajes viven a su manera el miedo al fin de un mundo construido en los estrechos límites de su lenguaje, sentimientos y emociones.

Con esta hermosa película sobre el fin del mundo, Von Trier muestra la fragilidad, la pequeñez y la futilidad de las conductas humanas ante la grandiosidad del universo”.

¿Melancolía es como el Nuevo Traje del Emperador?

De entrada es bien conocido que esta es una película de cincuentas, es decir, el 50% la ama y el otro 50% la odia.

Independientemente de que sea una obra de un director polémico. Lo que me interesa analizar es, a los que dicen que les gustó ¿Les gustó porque LES DEBE DE GUSTAR? ¿O en verdad les gustó porque se sintieron atrapados por la magia de Lars von Trier?

Lo anterior es muy interesante, como aquel cuento de El Traje Nuevo del Emperador pero hecho película. Lars von Trier es el tejedor de Melancolía, una película que la gente que no es apta para hablar de películas o los muy estúpidos no podrán ver...

-¡Magnífico!- dijo el intelectual de cine-. Si se filma, podré averiguar qué escritores son inéptos para discernir de cine. Podré distinguir entre los inteligentes y los tontos.

Y así, se le dio a Lars von Trier un cheque con muchos fondos. Él, montó una producción y simulaba escribir una obra filosófica de alto nivel intelectual, pero no tenía nada en su guión. A pesar de ello, se hizo de un grupo sobresaliente para la fotografía, iluminación, dirección de arte, efectos especiales, sonido, etc. Haciendo como que escribía y reescribía su guión hasta muy entrada la noche.

Kiefer Sutherland, Lars von Trier, Kirsten Dunst y
Stellan Skarsgård en El Traje Nuveo del Emperador, ejem... Melancolía
<<Me gustaría saber cómo va la película>>, pensó el intelectual. Pero había una cuestión que lo tenía cohibido, a saber, un hombre que fuera estúpido no podría apreciar la obra de Lars von Trier. No es que temiera por sí mismo, pero, por si acaso prefería enviar a otro. Todos los habitantes estaban informados de la particular virtud de la película, y estaban impacientes por ver hasta qué punto su vecino era estúpido o incapaz.

<<Haré una exhibición de prueba con un miembro amigo mío del medio cinematográfico- pensó el intelectual- es el más indicado para juzgar las cualidades de la obra>>

El amigo se presentó a la prueba… <<¡Dios nos ampare!- pensó el señor del medio cinematográfico para sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. ¡Pero si no veo nada!>>. Sin embargo no dijo nada y pensó <<¿Seré tonto acaso? Jamás lo hubiera creído, y nadie tiene que saberlo. No, desde luego no puedo decir que no vi ni entendí nada>> Así que se deshizo en alabanzas para con la película y ponderó su entusiasmo por aquella hermosa dirección y soberbio guión.

Poco después, Melancolía se estrenó en Cannes y todos los intelectuales y críticos hablaban maravilla de la cinta, tanto, que nuestro personaje quiso verla con sus propios ojos antes de la premiación.
Se ve bien pero es lo más ilógico que he visto en mi vida...
¡Y he visto las películas del Santo!

-¿Verdad que es admirable?- Preguntaron unos críticos de cine-. Escuche esos diálogos, vea esa locación, creyendo que los demás también veían la película.

<<¡Cómo! -pensó el intelectual-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré un tonto?>>

-¡Oh, sí, es muy hermosa! -dijo-. Me gusta, la apruebo-.

Toda la audiencia miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en limpio; no obstante, todo era aclamar. -¡Es preciosa, elegantísima, estupenda!- corría de boca en boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella.

El jurado de Cannes le concedió una condecoración a la actriz protagónica.

-¡Sí! -asintieron todos los intelectuales, a pesar de que no veían nada, pues nada había.

-Muy bien, estoy a punto de distribuirla internacionalmente -dijo el intelectual-.

-¡Qué preciosa es la nueva película de Lars von Trier! ¡Qué magnífica obra! ¡Qué hermoso es todo!

Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por estúpido. Ninguna película de Lars von Trier había tanto éxito como esta.

-¡Pero si no hay nada! ¡Kirsten Dunst está desnuda! -exclamó de pronto un niño.


Y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.

-¡No hay nada; es un chiquillo el que dice que no hay nada!

-¡Pero si no hay nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.

Aquello inquietó al intelectual, pues sospechaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los demás continuaron sosteniendo la inexistente obra de arte.*


* Adaptación libre del cuento original de Hans Christian Andersen

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